Introducción

Escribo estas líneas en busca del desahogo que no encontraré a mi alrededor. Siempre he pensado que escribir puede ser útil cuando se necesita ordenar ideas y pensamientos, cuando se quiere hacer exámen de conciencia o no hay nadie cerca con quien poder compartirlos.

Hablar de uno mismo es siempre subjetivo, y aunque se intente difícilmente se puede ser imparcial. Creo que hay momentos en la vida en los que una decisión tomada sin si quiera darnos cuenta, una elección en un determinado instante nos lleva irremediablemente a tomar un camino distinto. Es a partir de entonces cuando sin ser conscientes de ello hicimos que todo cambiase de una forma u otra, con todo lo que eso conllevó para nosotros mismos.

En otras ocasiones sólo eres consciente en parte de lo que implicará tomar una decisión u otra. Es imposible preveer todas las consecuencias de nuestras elecciones, y si pudiéramos hacerlo, probablemente nos costaría mucho tiempo decidirnos. En mi vida el punto de inflexión llegó cuando en el verano del año 2004 hice un viaje a Holanda. Han pasado más de 4 años y como suele pasar nunca hubiera imaginado lo que eso supondría para mi.
Ahora al mirar atrás puedo darme cuenta de cómo una serie de elecciones tomadas casi sin pensar me condujo a este momento, a ser como soy ahora y estar en mi situación.

De nada sirve imaginar qué podría haber pasado, o cómo serían las cosas en otras circunstancias. Esa es la regla de oro, no hay vuelta atrás ni segundas oportunidades. Porque aunque seamos capaces de dar otro giro a nuestra vida, el tiempo y el espacio será distinto e imposible de recuperar.

Tengo la suerte de no tener que arrepentirme de nada, porque cuando sientes que hay alguien más ahí fuera que da sentido a cada día no te paras a pensar en cómo serían las cosas si hubieras actuado de otro modo.
Me sobran motivos por los que sentirme feliz, y sin embargo a veces no puedo evitar sentirme aflijido por tantas cosas que quiero y no puedo cambiar, en las que quisiera no pensar pero pesan en mi conciencia.

Dejaré que sean mis palabras aquí las que relaten las realidades de mi día a día, del paso del tiempo a través de mis ojos y con la motivación del que espera que a alguien le llegue a servir de algo.